Land Lab Fuerteventura. Itinerario 2º: Paisaje | Restauración Itinerario 2. Eolia. Desde el lugar sin tiempo ¿Podemos restaurar el paisaje? Tiene eso sentido o estamos condenados a su eterna construcción. El paisaje es una forma de representación, una construcción de la mirada que define una simbología entorno a un elemento percibido. Reconstruir un paisaje es volver a mirar, acercarte a su alma que es la del espectador, que con su mirada, reconsidera lo visto y lo erige en una representación de su memoria, que será reedificada cada vez que acuda a su recuerdo. Creamos una imagen influida por un estado de ánimo, una experiencia, un olor, un sonido, una intuición, una actitud, construyendo y reconstruyendo constantemente en ese proceso al acudir a la imagen creada. Restaurar es volver a crear, reconsiderar una imagen que teníamos preestablecida. Volver al lugar para renovar el compromiso adquirido. Es una forma de reconstruir una idea. Agregar una nueva capa de significado al concepto que manejamos. Así como el viento modifica los paisajes con su fuerza para moldearlos en una constante construcción, las ondas eléctricas que conforman las sinapsis de nuestros procesos cerebrales almacenan los recuerdos influidos por nuestras percepciones. Es por ello que un paisaje ya vivido será restaurado cada vez que acudamos a su recuerdo, agregando nuevos significados. Nacho Ramírez trabaja en este proyecto acudiendo a sus recuerdos, observando Fuerteventura como un escenario mitológico, identificando y restaurando la idea de que la isla es el lugar donde el rey Eolo tenía cautivos a los vientos, vigilándolos y utilizándolos a su antojo. En su proyecto "Eolia", Fuerteventura es reconocible. Pero nos sitúa en un tiempo inexistente, un tiempo pretérito donde la idea emerge. Un tiempo mitológico cuando la propia idea del tiempo no existía. Es por ello que seduce a los espectadores con un archipiélago flotante de imágenes oníricas. Dotando a la isla un nuevo carácter, sin crítica al desmantelamiento moderno, solo invitándonos a observar el lugar del mito. ¿Es posible restaurar esa idea de Fuerteventura o es demasiado tarde?