Ópera Nabucco de Verdi Nabucco es una tragedia lírica en cuatro partes, con música de Giuseppe Verdi, acompañando el libreto Temistocle Solera. Se estrenó el 9 de marzo en Milán, en el Teatro alla Scala. Verdi escribió la ópera cuando tan solo tenía 28 años y acababa de sufrir la trágica pérdida de su mujer e hijos. Nabucco, fue la ópera que lo catapultó hacia el éxito con el que actualmente es reconocido. Una obra que continúa cautivando al público por su compleja trama llena de política, drama y personajes complejos. Argumento de Nabucco Tal y como comentamos, la ópera Nabucco se basaba en el libreto escrito por Temistocle Solera, inspirado en la historia bíblica del Rey Nabucodonosor II, emperador del Imperio Babilónico en el siglo VI a.C. Nabucco retrata la represión del pueblo judío a manos de los extranjeros. La trama principal de la ópera se centra en la rivalidad entre el rey Nabucco y su hija Abigaille, quien trata de usurpar el trono de Babilonia. Abigaille intenta manipular a su padre para que condene injustamente a los hebreos y su hermana, Fenena, hija adoptiva de Nabucco, se enamora de Ismaele, un prisionero judío. Una trama que pone en conflicto los intereses y pasiones de los personajes a lo largo de la trama. Actos de Nabucco Acto I El rey Nabucco está en guerra con los hebreos y ha sitiado Jerusalén. El acto comienza con una invocación en la que los sacerdotes babilonios celebran su victoria y adoran a los dioses paganos. Durante esta ceremonia, Abigaille, hija adoptiva de Nabucco y amante de Ismaele, se entera accidentalmente de su origen como esclava y decide vengarse de su hermana Fenena y de su padre. Abigaille quiere usurpar el trono y se propone declararse como la verdadera heredera. Mientras tanto, los hebreos están angustiados y lamentan su destino bajo el yugo babilonio. Ismaele, un prisionero hebreo y amante de Fenena, está atrapado en un dilema entre su amor por Fenena y la lealtad hacia su pueblo. Acto II Abigaille logra obtener el documento falso que la declara como la verdadera heredera al trono de Babilonia. Con este documento en su poder, llega al palacio y exige el trono, desplazando a Fenena. En medio de esta disputa por el poder, Nabucco es persuadido por los sacerdotes babilonios para que condene injustamente a los judíos, quienes son condenados a muerte por adorar a su Dios en lugar de a Nabucco. Mientras tanto, los hebreos se lamentan y oran por su libertad. En este acto, se presenta uno de los momentos más famosos de la ópera, el coro de los esclavos «Va, pensiero», que se eleva como una plegaria de los judíos oprimidos, expresando su anhelo por la libertad y su deseo de regresar a su tierra natal. Acto III Nabucco, afectado por la locura y manipulado por Abigaille, intenta tomar el trono de los dioses y se proclama a sí mismo como un dios. Sin embargo, es castigado por su arrogancia cuando un rayo cae del cielo y lo golpea, dejándolo en un estado de confusión y desvarío. Mientras tanto, Abigaille se entera de su verdadera ascendencia como hija adoptiva y se debate entre el amor y el odio hacia Nabucco. Ella se enfrenta a su propia ambición y culpa, ya que su intento de usurpar el trono ha llevado a la locura de su padre. En medio del caos y la confusión, el pueblo judío encuentra un rayo de esperanza en la caída de Nabucco y espera que la justicia divina les conceda la libertad. Acto IV Nabucco se recupera de su locura y se arrepiente de sus acciones pasadas. Al darse cuenta de la maldad de Abigaille, se lamenta por el sufrimiento que ha causado y anhela reconciliarse con su pueblo y con Dios. Abigaille, consumida por la culpa y sintiéndose desesperada, se envenena y muere. Nabucco finalmente se convierte al Dios de los judíos. En un acto de redención, libera al pueblo hebreo y restaura la paz y la justicia en su reino. La ópera concluye con una poderosa celebración de la liberación y la victoria del pueblo judío, simbolizando la fuerza de la fe y la resistencia en medio de la opresión.